lunes, 28 de noviembre de 2016

La primera mujer (novillera) que abrió la Puerta del Príncipe.

Tal día como hoy, un 28 de noviembre de 1980, toma la alternativa en México la novillera  española Maribel Atienza, ya que en España nunca pudo confirmar su doctorado por el veto de muchos empresarios y toreros.
A principios de los años ochenta, en plena transición surge una gran figura del toreo, pero mujer. Una mujer derrochando talento, arte e inspiración en los ruedos. Con solo 1´53 de altura y 43 kg de peso, logró meterse a muchos aficionados en el bolsillo.
Hoy en día hay ya un gran avance por la igualdad entre hombre y mujeres, pero en la década de los ochenta, Maribel no lo tuvo fácil. Duro es el mundo del toro, pero esta mujer no solo recorrió el difícil camino como cualquier aspirante que quiere llegar a ser matador de toros, Maribel era mujer, así que ese camino estaba repleto de obstáculos machistas y vetos que le perjudicaron en su carrera.
No obstante, tenaz y luchadora, llegó a debutar en las Ventas en el año 1977, los tendidos estaban encantados con ella y tras varias peticiones insistentes por el público para que le concediesen trofeos, el presidente le negó injustamente las orejas, pero el público la obligó a dar, nada más y nada menos, que  tres vueltas al ruedo.
Sería en la Real Maestranza de Sevilla, donde un justo presidente premió su valor y arte en el ruedo con tres trofeos, convirtiéndose así en la primera mujer novillera que abría la Puerta del Príncipe. Lamentablemente su mérito siguió sin reconocerse, y tras injustos vetos machistas, Maribel tuvo que ir a México para cumplir su sueño de matador de toros.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Para qué vivir sin pasión.

Tal día como hoy, un 25 de noviembre de 1991, y al igual que hoy un día triste y gris, el matador de toros francés Christian Montcouquiol, conocido como Nimeño II, ponía fin a su vida ahorcándose en el garaje de su casa. Su suicidio conmovió a toda la afición, sobre todo a la francesa, quedando Nimes de amargo luto.
La muerte en la arena es algo que tienen presente todos aquellos valientes cuando se ponen el traje de luces, es la eterna compañera, a la que respetan y saben que está ahí. En una sola tarde se puede cumplir un sueño o romperse para siempre, como se le rompió a "Nimeño II" aquella fatídica tarde de septiembre dos años antes en la histórica plaza de Arles. Se le borró la eterna sonrisa al hermano pequeño de Alain "Nimeño I", cuando el astado "Pañolero" se cruzó en su destino. El toro perteneciente a la ganadería Miura, leyenda negra, acabó con la carrera taurina del diestro francés cuando le dio una voltereta tremenda y lo levantó como a un frágil muñeco. "Pañolero" tenía una cornamenta playera, la jamás vista en un ruedo francés, más de un metro de pitón a pitón.
Nimeño II se había convertido en la máxima figura y en el icono galo de la Tauromaquia. Había levantado la afición francesa, pues "Nimeño II" representaba la mitología del sacrificio taurino.
El Miura dejó al diestro postrado en una cama durante varios días a los cuales le costó sobrevivir; por su casta de torero recuperó una movilidad que se daba por imposible y prácticamente consiguió hacer una vida normal, pero no pudo afrontar su nuevo destino, un destino fuera de los ruedos, pues su brazo izquierdo no le permitía sostener los trastos.
Este mítico torero deseó morir en la Plaza de Arles, antes que verse incapacitado para torear, la vida sin la pasión de torear, no era vida para "Nimeño II".


miércoles, 16 de noviembre de 2016

La vida por la Legión.

Tal día como hoy, un 16 de noviembre de 1924, se celebraba en Melilla una corrida de toros en beneficio del Tercio de la Legión. En el cartel se presentaron el rejoneador Antonio Cañero, y un mano a mano entre los toreros sevillanos Ignacio Sánchez Mejías y Manuel García "Maera", con toros cedidos por las ganaderías de Cobaleda, Duque de Tovar, Pérez Tabernero, Hernández, Moreno Santamaría y Rufino Santamaría.
El festejo taurino de aquella tarde se convirtió en todo un acto militar, pues se rindió homenaje a todos los legionarios heridos en servicio que fueron trasladados, para la ocasión, en camiones desde distintos hospitales a la plaza de toros, por lo que en los tendidos había más de doscientos militares para presenciar la corrida. Antes de que diera comienzo el paseíllo, avionetas militares sobrevolaron por la plaza haciendo todo tipo de piruetas y  el coso que había sido decorado para el espectáculo con tapices bordados con el símbolo de la Legión en todos sus balconcillos estaba de un lleno absoluto.
El rejoneador mató los dos primeros astados siendo ovacionado por el coso melillense. Igancio Sánchez Mejías cortó la oreja al segundo de su lote, al que tumbó de una estocada contraria.
El protagonista de la tarde fue sin lugar a dudas Manuel García "Maera", no por su labor en la faena, porque prácticamente se igualó el duelo obteniendo el mismo trofeo que su rival Sánchez Mejías, sino por el vínculo que existía entre el diestro y el cuerpo militar, tampoco nadie se podía imaginar que aquel toro al que le cortó una oreja en este acto benéfico para la Legión sería el último de su vida.
"Maera" estaba gravemente enfermo de tuberculosis, otras fuentes dicen que de gripe, cuando le pidieron que acudiera a esta corrida benéfica para recoger fondos para la Legión, los médicos le impidieron que fuese, pues su enfermedad estaba en un estado tan avanzado que su vida podía correr peligro si se exponía a tal esfuerzo físico. Pero este valiente sevillano no podía faltar a tal evento; desde el día de su alternativa, tres años antes en el Puerto de Santa María se sentía endeudado con la institución, porque a raíz del desastre de Annual, fueron aquella tarde los legionarios los que se saltaron al ruedo para sacarlo triunfalmente a hombros. Aunque posiblemente aquella tarde en el Puerto, no solo recibió la alternativa de manos del "Divino Calvo", según los enigmas del Destino también recibió su maldición, pues a los cuatro jóvenes toreros a los que Rafael "El Gallo" dio la alternativa el día de su debut, los cuatro perdieron la vida en plena juventud.
Y aquella tarde del 16 de noviembre, sin hacer caso a los consejos médicos, con una heroica imprudencia y con las pocas fuerzas que le quedaban a su cuerpo enfermo, Manuel García "Maera", se presentó en el coso melillense como el novio de la muerte, para cumplir su labor sin a nada tenerle temor.
Un mes después la muerte le abrió la Puerta Grande del Reino de los toreros. La Legión le agradeció a título póstumo aquella gran gesta, no en el campo de batalla sino en el ruedo, y le concedió la Medalla Militar.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Durante toda la historia "las figuras" protestando por "los Miuras"...

Tal día como hoy, un 14 de noviembre de 1908, un periódico "El Imparcial" publicaba una carta firmada por casi todas la figuras del momento, encabezada por los diestros Ricardo Torres "Bombita" y Manuel Blanco "Blanquito" y a los que seguían: Rafael González "Machaquito", José Carlos "Petete", Manuel Torres "Bombita III", Tomás Alarcón "Manzzantinito", Manuel Ridríguez "Manolete", Rafael Gómez "El Gallo", Antonio Segura "Segurita", Vicente Pastor, Antonio Moreno "Lagartijillo", "Cocherito de Bilbao", Juan Sal "Saleri" y Cayetano Leal.
Todos estos diestros pedía en la carta un aumento de sus honorarios cada vez que se presentaran en los carteles con el hierro Miura.
A este conflicto se le llamó "El Pleito de los Miuras". Exigían con esta carta a los empresarios exactamente el doble de lo que cobraban: "(....para los toreros de primera categoría, diez mil pesetas; para los de segunda ocho mil pesetas; y para los de tercera categoría,  seis mil pesetas...)".
En la famosa carta alegaban que: "(...son unas reses con las que generalmente es imposible el lucimiento...)".
Por aquella época eran los ganadores agrupados en la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, los que les imponían directamente a los empresarios, incluso hasta penalizaban a los empresarios que adquiriesen toros de otros hierros que no perteneciesen a la Asociación,  sin lugar a dudas muy diferente a la actualidad.
"El Pleito de los Miuras", duró algo mas de un mes, los ganaderos se reunieron en Madrid y tomaron la drástica decisión de que ningún ganadero le vendería ningún  toro al empresario que contratase a alguno de los diestros que habían firmado la carta. Todos los toreros se acobardaron abandonando a "Bombita" y "Blanquito" que quedaron como cabeza de turcos.

domingo, 13 de noviembre de 2016

"Peluquero".... le cortó la coleta a "Frascuelo".

Añadir leyenda
Tal día como hoy, un 13 de noviembre del año 1887, se anunciaba en la antigua plaza de Madrid, la de la carretera de Aragón, un duelo entre los diestros Salvador Sánchez "Frascuelo" y Rafael Molina "Lagartijo", pero esta tarde de un trece de noviembre marcaría un antes y un después en la historia de la Tauromaquia.
"Lagartijo" y "Frascuelo" crearon una era en la Tauromaquia, todas las épocas grandes del toreo han sido épocas de pasión, pero la que mantuvieron estas dos figuras no solo supera en intensidad a otras muchas sino en duración, sus nombres estuvieron unidos a una estrecha competencia y rivalidad durante veintitrés años, tanto fuera como dentro de los ruedos. Este clima supuso una preponderancia enorme a la fiesta nacional, la afición a los toros aumentó considerablemente.
Rafael era el maestro de la elegancia, la representación emblemática del toreo como arte; mientras que Salvador era la sublime valentía de un arrojo sin precedente y el derroche del amor propio. Deslumbraron a las masas y las dividieron en dos, pues ambos eran dos tendencias completamente opuestas. Tuvieron ambos miles y miles de seguidores, que fervorosamente discutieron como lo hacía sus ídolos en los ruedos.
 Aquella tarde un negro astado cambiaría por completo el destino de Salvador. Fijando el toro "Frascuelo" para entrar a matar, después de una faena de pases ceñidos y valerosos, se le arrancó el toro de inmediato, prendiéndolo por el vientre, teniéndolo suspendido en los cuernos durante eternos segundos antes de arrojarlo a la arena, sufrió una muy grave cornada que le penetró hasta el epigastrio y le fracturó varias costillas. El amor propio de Salvador por no defraudar a sus admiradores y dejar que ganase el duelo su eterno rival, hizo que se levantara de la arena y darle muerte al toro de una increíble estocada, cayendo después completamente desvanecido en el suelo.
Estando en la enfermería le fueron a dar un vaso de agua con limón a lo que Salvador contestó: "Eso es para cobardes, a mí me darme un cigarrillo". Cigarrillo que se fumó mientras el doctor Pérez Obón lo operaba.
Pero le recuperación de esta cornada fue muy dura y larga, a tanto que Salvador ya nunca volvió a ser el mismo, retirándose dos años después.
Los seguidores de "Lagartijo" comenzaron a decir que "Peluquero" le cortó la coleta a "Frascuelo" y efectivamente fue así, aquel astado truncó completamente el destino de Salvador.

martes, 8 de noviembre de 2016

"Tié q`habé gente pa tó" y si me apuras "pa ná".

¿Cual es el verdadero origen de esta frase tan usada aún en nuestros días?
Porque el que es artista de verdad es artista "pa tó" como era el genuino Rafael "El Gallo".
Por el primer tercio del siglo pasado, se encontraron en una fiesta que se celebraba en un hotel de Madrid, el torero Rafael Ortega "El Gallo" y el filósofo Ortega y Gasset. El particular sevillano sintió cierta curiosidad por José desde el primer momento en que lo vio por lo que le preguntó a sus acompañantes de la fiesta:- ¿quién es aquel gachó con pinta de estudiao?- Le respondieron que era un famoso filósofo, "El Gallo" no se pudo contener: -¿filo qué, "ezo qué e"?-
A duras penas le intentaron explicar en que consistía aquella enigmática profesión para Rafael, le hablaron de que él se dedicaba a analizar el pensamiento de la gente y que escribía doctrinas con el fin de conocer mejor el actuar de las personas. "El Gallo" quedó completamente absorto durante minutos, intentando hacerse en su cabeza una supuesta idea de lo que aquel señor hacía. No se sabe exactamente a la conclusión a la que llegó el torero, solo que por su boca exclamó: "¡Tié q`habé gente pa tó!".

lunes, 24 de octubre de 2016

La Tauromaquia y la solidaridad.

Un día como hoy pero del año 1856, se celebraba en Madrid la primera corrida benéfica, corrida de toros denominada como "Corrida de Beneficencia". Desinteresadamente se ofrecieron figuras del toreo para donar sus honorarios del festejo como numerosos ganaderos que regalaban orgullosamente reses de sus ganaderías; el beneficio obtenido se donó al completo al Hospital de Beneficencia de la ciudad. Hasta el Papa llegó a autorizar "un espectáculo profano" (pues así era considerado por la Iglesia hace dos siglos), pues era innegociable la actitud solidaria de los toreros, destinando sus honorarios a los más necesitados, los enfermos, aunque también para ayudar al avance de la medicina, mejorando así la labor de médicos y cirujanos, ángeles de la guarda de los toreros.
Aunque se considere esta fecha como la oficial de la corrida de Beneficencia, hay constancia de que en el año 1749, los enfermos de la Villa de Madrid ya recibieron los ingresos líquidos de una lidia de toros organizada por Fernando VI.
En el cartel de aquella tarde iban presentados las figura de aquella época: José Redondo "El Chiclanero", Julián Casas "Salamanquino" y Cayetano Sanz, con toros de las ganaderías de Osuna-Veragua, Aleas y Elías Gómez.
Hoy por hoy aún se mantienen las viejas tradiciones de las corridas benéficas y sobre todo, hoy por hoy en el mundo de la Tauromaquia sigue existiendo la solidaridad.




jueves, 20 de octubre de 2016

Posiblemente el nacimiento del germen "animalista-antitaurino" actual...una paradoja...

Tal día como hoy, un 20 de octubre de 1940, se daba una corrida en la plaza de Las Ventas de Madrid, nunca hay dos corridas de toros iguales, pero sin lugar a dudas la de aquella tarde otoñal de octubre marcó desgraciadamente la historia del mundo del toro.
El coso madrileño parecía aquella tarde más un desfile militar que una agradable velada taurina, ni tan siquiera se respiraba en los aledaños lo típico de cualquier tarde de toros, hasta los típicos dibujos taurinos de los carteles habían sido sustituidos por escudos de la Falange y el temible Partido Nazi.
Visitaba nuestro país, por asuntos políticos el Comandante Heinrich Himmler, y el Jefe de Estado español, quiso agasajar a su visita de la mejor manera posible, organizando una corrida de toros; pero está claro que no todas las personas están dotadas de sensibilidad para el arte...
Confirmaba aquella tarde su alternativa el diestro sevillano Pepe Luis Vázquez "El Sócrates de San Bernardo", su padrino Marcial Lalanda y como testigo Rafael Ortega "Gallito". 
Pepe Luis, entregado al máximo, bordó el toreo, realizándole al toro de su confirmación una de sus mejores faenas. 
Debido a una intensa lluvia, así lo querría Dios,  suspendieron la corrida, lidiando cada diestro un solo toro de sus lotes. Se dirigieron los toreros tras la  suspensión, obligados por protocolo, a saludar al dirigente alemán, el cual completamente enfurecido dijo que había llegado hasta vomitar por no poder soportar tal martirio y sufrimiento del animal; pues sí, ese señor que ordenaba diariamente la muerte de miles de niños, mujeres y hombres, bien gaseados o a base de crueles torturas se había sentido indispuesto...una paradoja que llega a rozar la absurdez del idiotismo...
Y fue a partir de este mismo día, cuando la hipocresía de la política nazi por la protección y derechos de los animales (de los humanos no, evidentemente), comenzaron a juzgar negativamente a la Tauromaquia. 

miércoles, 19 de octubre de 2016

Tres diestros sevillanos de renombre despiden a "Bombita" de los ruedos.

Tal día como hoy, un 19 de octubre de 1913, se engalanaba la plaza de toros de Madrid con setenta y un mantones de Manila y catorce tapices colgando de sus balconcillos, pues se anunciaba para aquella tarde un cartel espectacular, donde brillaba el arte sevillano: Rafael "El Gallo", Juan Belmonte "El Pasmo de Triana" y José Ortega "Joselito"se reunían para despedir de los ruedos a su gran paisano y referente Ricardo Torres "Bombita". Lamentablemente cayó a última hora Belmonte del cartel por encontrarse resentido de una lesión en su mano que sufrió días antes en su alternativa, "El Pasmo de Triana" fue sustituido por "Regaterín".
El fin de la carrera taurina de "Bombita" provocó un gran interés en los aficionados de todos los puntos de la geografía española, por lo que aquella tarde, en aquella bella plaza engalanada para la ocasión se llenaban al completo sus tendidos por la gran expectación que había levantado aquella deseada corrida. Tampoco faltaron a aquel evento la reina Victoria y las infantas que ocupaba ansiosas el palco real.
Ni el gran "Joselito", ni su hermano Rafael, ni "Regaterín" que hicieron faenas que rompieron esquemas aquella tarde, lograron hacerle sombra  a Ricardo Torres, que se entregó como si del día de su alternativa se tratara. No cesó ni un solo momento en toda la tarde ovaciones y aplausos para éste gran diestro sevillano, el público no solo admiraban a "Bombita" en el ruedo, también a la persona de que había dentro del traje de luces, Ricardo, reconocido por su solidaridad y calidad humana, que había fundado y presidido durante mucho años un sanatorio, el cual había dirigido con la pasión y entrega que daba con los ruedos.

lunes, 17 de octubre de 2016

Los toros no los impone el público sino los toreros...cien años después seguimos igual.

Tal día como hoy, un 17 de octubre de 1915, se anunciaba en Madrid una corrida donde se iban a lidiar seis toros de la ganadería de los Herederos de don Vicente Martínez para los grandes diestros y figuras de aquellos años: Vicente Pastor y Juan Belmonte. Pero al igual que en todos los tiempos, las figuras siempre han estado rodeadas de grandes polémicas, no iba a ser menos Juan Belmonte.
Los veterinarios desecharon tres de las reses para el festejo, la empresa las sustituyó por tres reses del Duque de Veragua. Pero a los toreros no les pareció bien esta decisión, por lo que ambos exigieron que los toros que sustituyeran a los desechados fueran de la ganadería del marqués de Saltillo. La empresa no pudo cumplir las exigencias de los diestros, por lo que Belmonte ante tal negativa se negó rotundamente a torear aquella tarde, Vicente Pastor no tardó en unirse a la decisión tomada por su compañero.
La Unión de Criadores de Toros de Lidia, vetó a ambos espadas por esta actitud. Al día siguiente en el diario ABC aparecía un artículo donde el Duque de Veragua explicaba lo ocurrido y justificaba el veto, palabras de hace más de un siglo y guardan bastante similitud con las que hoy en día se escuchan en los tendidos:
"...Criarlos grandes y gordos, para tener el gusto de enseñárselos a los amigos antes de destinarlos al matadero, es capricho que no todos nos podemos permitir.
La lidia de toros sin respeto ( que nosotros, más que nadie, estimamos un mal, como todo lo que contribuya a la degeneración de la fiesta ), seguirá mientras el público tolere que se le imponga; si lo consiente, el toro grande, con arroba y pitones, desaparecerá como el artículo que en el mercado no tiene salida y los ganaderos que luchan contra la corriente se cansarán de dispendios, que tienen por compensación un perjuicio evidente de sus intereses. "

miércoles, 5 de octubre de 2016

"Murciélago", pilar de la genética de Miura.

Tal día como hoy, un 5 de octubre de 1879, se daba una corrida en el Coso de los Califas, donde toreaban Rafael Molina "Lagartijo" y su hermano Manuel, con hierros
del zaragozano don Joaquín de Val, comprada al tudelano Pérez de Laborda, de procedencia de casta navarra.
El tercer toro de la tarde era un cinqueño llamado "Murciélago", llegó a tomar hasta veinticuatro varas, demostrando una bravura sin igual. Ante tal gesta del animal, la mayor parte de los tendidos comenzaron a pedir el indulto de aquel bravo animal, un astado colorado, con ojo de perdiz y cornalón. Se formó en la plaza de Córdoba un gran enfrentamiento entre el público, unos pedían fervientemente el indulto, mientras que la otra parte no estaba a favor de salvar a la res.
El "Lagartijo", supo aprovechar bien aquella disputa entre los aficionados y la difícil decisión por tomar del presidente, ya que la espada nunca fue su fuerte, alargó todo lo que pudo el tercio de banderillas, por si sedaba el indulto, librarse de tener que entrar a matar. Y así fue, la presidencia otorgó el indulto a aquella res, sobre todo para calmar el revuelo que se estaba formando en la plaza, aunque no lo consiguió porque la discusión de si indulto sí o si indulto no, duró para largo.
Se encontraba entre el público aquella tarde el joven ganadero Antonio Miura, Antonio estaba al cargo  nueva ganadería Miura, contaba ya con unas setecientas cabezas, los machos que habían nacido ya en Zahariche eran hijos de sementales de Albareda (cabrereños) y sementales de Arias de Saavedra (vistahermoseños), dos castas de origen andaluz que comenzaban a dar muy buen fruto. Antonio Miura, el que influenció totalmente a su padre Juan  Miura para formar la ganadería, se quedó prendado de la bravura mostrada por la res en el tercio de varas. No queda claro en la historia, si Antonio Miura le compró el toro a don Joaquín Val o fue un regalo que le hizo el "Lagartijo" al que le obsequiaron el toro indultado, pues a Rafael y a Antonio los unía una buena amistad. Aunque conociendo la rectitud en los negocios de la familia Miura, lo más probable es la primera versión.
Pero lo que sí está claro, que esa capa colorada, esos ojos de perdiz, esa gran cornamenta... esos matices característicos a día de hoy, vienen de aquel toro de casta navarra, "Murciélago".

viernes, 30 de septiembre de 2016

La primera oreja que se concedió en La Maestranza de Sevilla

Tal día como hoy, un 30 de septiembre de 1915, se concedía por primera vez en la Maestranza un trofeo, una oreja, y a quién si no, a José Gómez Ortega "Joselito" "el rey de los toreros".
Fue en 1876, cunado por primera vez se premió una faena, otorgando como trofeo una oreja del astado; pero en el Coso del Baratillo, nunca se había concedido ningún trofeo, a pesar de llas grandes faena que importantes diestros de la época habían realizado, y no fue hasta el 30 de septiembre, en plena Feria de San Miguel, cuando se concedió la primera oreja a Joselito "El Gallo".
Joselito estaba ya consagrado como figura del toreo; aquella Feria de San Miguel, se ofrecían tres corridas, los días 28 y 29 se presentaban en los carteles Joselito, Juan Belmonte y Rafael "El Gallo", con ganaderías de Murube el día 28 y de Miura el día 29. Para el último día la empresa había previsto un encierro de Joselito con seis toros de Santa Coloma.
Fue una impresionante Feria de San Miguel, donde la afición estaba completamente dividida en dos bandos: uno el que admiraba las novedosas formas de el de Triana y el otro bando el que optaba por el clasicismo de el de Gelves.
Las dos faenas que Joselito le había hecho a los Miuras el día anterior, más el sublime encierro que llevaba, Don Antonio Filpo, tras las fuertes peticiones del público y la perfecta lidia de la tarde, rompió la vieja tradición maestrante, concediendo el primer trofeo del  Coso del Baratillo a "El Rey", Joselito "El Gallo".

jueves, 29 de septiembre de 2016

Diego Puerta, el torero del valor.

Tal día como hoy, un 29 de septiembre de 1958, se llenaba la Maestranza de Sevilla el día de San Miguel, día en el que tomaba la alternativa un joven hispalense llamado Diego Puerta.
La ganadería escogida para la ocasión estaba formada por cuatro astados de don Ricardo Arellano y Gamero-Cívico y dos más de Escudero. El cartel lo encabezaba Luis Miguel Dominguín como padrino del joven Diego y como tercer espada Gregorio Sánchez.
La afición sevillana abarrotaban los tendidos del Coso del Baratillo aquella tarde de la Feria de San Miguel por el atractivo cartel y por la expectación que había levantado aquel joven novillero sevillano del barrio de San Bernardo. Diego Puerta era un muchacho muy conocido en Sevillla, hijo de un empleado del matadero, que aunque no le había acompañado la suerte en su presentación como novillero, un año antes en la Maestranza, si cosechó a lo largo de todo el año un éxito rotundo por todas las plazas de España, después de haberse quedado solo con cuatro novillos y cortando un rabo en Barcelona.
Pero obedeciendo al argot taurino " corridas de gran expectación, mayor decepción", se le resistió la Puerta del Príncipe al estrenado torero, no sin ello haber puesto su mayor voluntad en todas sus faenas a unos toros deslucidos y como sigue pasando hoy en día, no embestían.
No volvió Diego Puerta a pisar el albero de la Maestranza hasta 1960, en una corrida con la ganadería de don Eduado Miura, donde demostró íntegramente su arrojado valor y cambió por completo el sino de su carrera.

viernes, 23 de septiembre de 2016

La verdadera historia de la Feria de San Miguel

Mucho menos popular que la Feria de Abril de Sevilla es la Feria de San Miguel, pero no en antigüedad, pues aunque son muchas las fuentes que la fechan en pleno Romanticismo en el siglo XIX, igualándola a la Feria de Sevilla, la Feria de San Miguel nació seiscientos años antes. Su origen se remonta al siglo XIII, durante el mandato del rey Alfonso X, más conocido como Alfonso "El Sabio", hijo del conquistador de Sevilla, Ferrnando III "El Santo".
Allá sobre el año 1254, Alfonso X concedió a la ciudad el permiso de celebrar dos ferias de ganado anuales; la primera se celebraría en primavera, mientras que la segunda se celebraría a la entrada del otoño, más exactamente abarcando la festividad de San Miguel, el veintinueve de septiembre.
Durante años se celebraron ambas fiestas, pero con el tiempo acabó desapareciendo la Feria del ganado de la primavera, que se recuperaría siglos después, en 1847, con el éxito obtenido en las ferias del ganado de Mairena del Alcor y Carmona. Por lo que la Feria de Abril, ganaría mucha más popularidad y produjo la inevitable decadencia de la Feria de San Miguel.  Durante los años que se celebraba dicha feria en los alrededores del Prado de San Sebastián,  era de obligado cumplimiento las corridas que se celebraban durante la Feria de San Miguel en la desaparecida hoy monumental de san Bernardo, ocupaban estas corridas el epicentro de esta feria, donde quedará para el recuerdo de la Tauromaquia faenas épicas como las que cuajó "El Gallo".


En esta fotografía podemos apreciar al fondo la desaparecida monumental de San Bernardo.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

El tercio de banderillas.

El tercio de banderillas es uno de los momentos más vistoso de la corrida, tiene lugar una vez que los picadores han abandonado el ruedo.  Las banderillas son palos cilíndricos de madera aproximadamente de unos 78 centímetros de largo, con un pequeño arcón de unos 6 centímetros que es lo que se le engancha a la carne del toro y decorada con papel de colores.
Su ejecución le corresponde a los banderilleros o subalternos, aunque son muchos los toreros que también tienen la destreza espectacular de colocarlas. Son tres los pares de banderillas que se le colocan a cada res, alternándose los banderilleros.
El tercio de banderillas suele parecer algo acrobático, su colocación perfecta es justo detrás del morrillo y deben de ir bien pegadas. La colocación de las banderillas supone todo un derroche de facultades físicas, donde las más importantes son la precisión, la elasticidad y la fuerza.
Las principales formas en las que se realiza este tercio son:

-Al cuarteo.- Es la modalidad más frecuente, el toro debe de estar sobre las rayas de los picadores y el banderillero frente a él, se arranca corriendo en semicírculo hasta el encuentro con él y se las clavas.

-Al quiebro.- El torero se coloca frente a frente con el astado, provoca la arrancada de éste y lo espera con los pies juntos, justo al encuentro inclinará su cuerpo hacia un lado y las clavara cuando el toro humille.

-De frente.- Se coloca el diestro frente al toro con un terreno mínimo.

-De dentro a fuera.-  Es otra variante del cuarteo. El encuentro se produce hacia los medios. El torero clava y sale rápidamente sin cuartear.

-De dentro afuera.- El torero clava por los adentros, es decir, entre el toro y las tablas.

-Cite desde la barrera.- Un adorno de la suerte en la que el banderillero se sitúa sobre la barrera en el momento de citar al toro.

lunes, 12 de septiembre de 2016

"Tienes más salía que un torero..." como Rafael "El Gallo".

..."Ná señó, que habemos chocao con una camioneta de fruta y se nos han desbaratao to los avíos, y er coche roto, pero ya está, habemos llegao como habemos podío"...  Esta era la explicación, que Rafael Ortega "El Gallo" al Gobernador tal día como hoy, un 12 de septiembre de 1927, en Ceheguín (Murcia).
El pueblo de Ceheguín estaba completamente engalanado aquella tarde de feria. Componían el cartel: el rejoneador Antonio Cañero, Rafael "El Gallo" y "Torquito", con seis toros toros de don Félix Gómez. La hora del comienzo del festejo eran a las cinco en punto de la tarde, pero a las seis menos cuarto aún no había comenzado porque "El Gallo" no había llegado a la plaza, ni siquiera había llegado a Ceheguín. La gente esperaba impaciente por los alrededores de la plaza, aumentando cada minuto el enfado de los espectadores. Las autoridades ordenaron a la Guardia Civil que fueran en búsqueda del sevillano y lo trajesen al coso lo antes posible para que cumpliese con su compromiso, pues comenzó a correr el rumor de que "El Gallo" había dado "la espantá"  y andaba por una carretera de vuelta a Sevilla. Cuando el público comenzaba a desesperase por la espera y con la incertidumbre de que el rumor fuese cierto, apareció por la puerta principal de la plaza de toros el diestro sevillano acompañado de toda su cuadrilla y todos vestidos de paisano. Las autoridades exigieron que se realizase el paseíllo lo antes posible para que se calmasen los ánimos en los tendidos, por lo que el "Divino Calvo" y sus subalternos comenzaban el festejo todos de paisanos.
Pero si mal fue el comienzo peor el festejo, ninguna faena importante ante un publico tan enfadado, ni el rejoneador, ni "Torquito" hicieron emocionar a la gente. Mucho menos "El Gallo", que su lidia brilló menos que su traje de luces, que ni siquiera llevaba. La gente chilló y pitó al diestro sevillano lo más no poder. Acabado el espectáculo, completamente ya de noche, le preguntó el gobernador a "El Gallo" el porqué de su retraso y encima vestido de esa guisa, el torero con su inconfundible gracia comenzó la explicación diciendo: "Toa la curpa ha sío del frutero...."

viernes, 9 de septiembre de 2016

Rafael de Paula tomaba la alternativa en la Goyesca de Ronda

Tal día como hoy, un 9 de septiembre de 1960, Rafael Soto Moreno "Rafael de Paula" recibía la alternativa en la tradicional corrida Goyesca de Ronda, donde Julio Aparicio actuó como padrino y Antonio Ordóñez como testigo.
Rafael, un bravo gitanillo de Jerez, se doctoraba a sus 20 años, habían pasado ya tres años desde que actuase en Málaga en su única novillada sin caballos, con un traje de luces alquilado, azul y oro. Pero el destino le tenía reservado este maravilloso día, donde pese a su juventud supo dar las pinceladas necesarias con la muleta demostrando el genio que estaba por venir, el "Genio Gitano", con un toreo elegante y templado se ganó a los tendidos de tal forma, que incluso fallando con la espada obtuvo en su alternativa los dos trofeos necesarios para acompañar a su padrino y a su testigo por la puerta grande. Maravillosa tarde de toros,donde Aparicio cortó tres orejas y un rabo y el gran Ordóñez, cuatro orejas dos rabos y una pata en sus dos toros, y dos orejas más en el sobrero que regaló a puertas abiertas a todos los rondeños.
Espectacular comienzo para la gran carrera taurina que le quedaba por vivir a Rafael de Paula.

martes, 6 de septiembre de 2016

"Manzanito" un novillero desconocido pero con "orgullo de torero".

Tal día como hoy, un 6 de septiembre de 1917, se daba una novillada en la antigua plaza de Madrid, en la plaza de la carretera de Aragón o la plaza de Goya, como queramos llamarla. Se daba el debut como novillero de Manuel Martínez Solaz, apodado como "Tigre de Ruzafa, en un mano a mano con Díaz Domínguez, con cuatro novillos de don Andrés Sánchez. Junto a ellos hizo el paseillo como sobresaliente de espada un total desconocido por la afición, "Manzanito".
Como preámbulo a la novillada hubo una "charlotada", aunque pareció continuar durante el festejo.
El novillero debutante dio la impresión que ignoraba todo lo básico para enfrentarse a un novillo y fue cogido al entrar a matar, después de las varias volteretas que se llevó durante la lidia. Por lo que "Tigre de Ruzafa", demostraba el valor elogiado en su apodo, pero carecía de toda técnica y acabó en la enfermería sin haberle llegado a dar muerte al primer novillo de su lote. Domíguez dio muerte a tres novillo, resultando herido en el tercero por lo que se vio también obligado a retirarse a la enfermería. Aquello se convirtió en un auténtico circo, cuando quedando un astado por lidiar, varios diestros que presenciaban el espectáculo se tiraron al ruedo pidiendo permiso para lidiar al cuarto y último. Eduardo Leal "Llaverito" consiguió el permiso del presidente para dar muerte al cuarto novillo, menospreciando el presidente por completo el turno del sobresaliente, el desconocido "Manzanito". "Manzanito" reclamaba su derecho como sobresaliente, y al sentirse completamente ignorado y por consiguiente hundido, tuvo un arranque de orgullo y tirando sus trastos y su montera a la arena solicitó a un compañero que le cortarse la coleta. A falta de tijeras, un carpintero le dio una navaja y con ella le cortaron la coleta, su seña torera. El público se tomo a cachondeo el gesto del torero, cuando ni siquiera había actuado con la muleta en el festejo. Pero "Manzanito" pasó a la historia por su "orgullo torero", pues aquel gesto no fue una broma, se cortó la coleta por su dignidad.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Los quites.

.Los quites son los pases que dan el torero o sus subalternos con  el capote a lo largo de la corrida. El origen de esta palabra deriva del toreo antiguo, cuando los caballos no gozaban de la protección de hoy en día, el peto, y los subalternos tenían que estar citando continuamente al toro para de alguna manera "quitarlo" del caballo; era común antiguamente dos pares de mulillas, un par para llevarse a los toros muertos y otro par para llevarse a los caballos muertos por asta de toro.
Hoy en día conocemos como el periodo de quites o tercio de quites, esos pases que tienen lugar entre el tercio de varas y el tercio de banderillas. Los quites también siguen un protocolo como todo en la corrida de toros. El diestro que esté lidiando ese toro, será el encargado de dar el quite entre el primer puyazo y el segundo. El matador que vaya a lidiar al siguiente toro es el encargado de dar el quite después del segundo puyazo. Cuando hay rivalidad entre los diestros, aprovechan estos piques para hacer réplicas en un alarde  de torería.

martes, 30 de agosto de 2016

El único torero en la historia que mató a dos toros homicidas: el que mató a Paquirri y el que lo mató a él. EL YIYO.

Tal día como hoy, un 30 de agosto de 1985, José Cubero "Yiyo" toreaba en la plaza de Colmenar Viejo, él no estaba en el cartel, pero parecía tenerlo malditamente predestinado, y a primera hora de la mañana del mismo día 30, le avisaban de que sustituiría a Curro Romero porque de una forma imprevista había caído del cartel, el duro lance que el destino le tenía reservado a un joven muchacho de solo veinte años. Hacía prácticamente menos de un año, cuando compartió cartel en la plaza de Pozoblanco con Paquirri, fue el Yiyo el que estoqueó a "Avispado", el toro que hirió de muerte a Paquirri. Un fuerte trance al que este torero tuvo que hacer frente, era joven, fuerte y valiente, le había perdido el miedo a la muerte, tenía la pesadilla de que un toro le arrancaría el corazón.... y en la vida, a toda pasión desmedida, le acaban rompiendo el corazón.
El Yiyo era un joven torero pero ya de gran proyección, ante tal presura de los acontecimientos, se probó por la mañana en la sastrería el traje que estrenaba aquella misma tarde, el traje de su mortaja.  Yiyo salió decidido a triunfar aquella tarde, aquella sustitución (maldita), era para él una oportunidad de oro para poder encontrar más contratos por las ferias. "Burlero" fue el último astado de la tarde, una espectacular faena realizada, a falta de la estocada; se metió a matar con ímpetu después de un pinchazo, pero aquella tarde, en la arena, la Muerte estaba sedienta y no le bastó solamente "Burlero" que también se lo llevó a él.  El toro moribundo por la mortal estocada, le metió el pitón por la axila, levantándolo y dejándolo de pie, solo dos pasos y cayó a la arena con el corazón partido por la mitad. Todos corrían con el joven cuerpo por el callejón, pero desde los tendidos ya se vio la manifestación de la muerte en aquella juvenil faz.



lunes, 29 de agosto de 2016

El Destino deshumanizó a Manolete para convertirlo en mito.


 Tal día como hoy, un 29 de agosto de 1947, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez exhalaba su último aliento.Tal día como hoy, aquella España gris de la posguerra se vestía de luto negro, negro como el pelaje de "Islero", el astado de la ganadería de don Eduardo Miura, el astado que le ganó la batalla en el último momento de la lidia. Islero, el toro que le destrozó aquel Destino que Manolete como un Dios humanizado había manejado a su antojo. Pero así es la paradoja y el Destino le quitó la vida para el hombre se convirtiese en mito. Manolete, el hombre de figura frágil y de rostro de adolescente enfermizo, contrapuesto entre su timidez profunda y su voluntad sobrehumana de héroe. Manolete, el que subió a los escalafones de figura del toreo dándole aires renovados y frescos al toreo de aquella España gris. Manolete, el torero que le acortó el terreno al toro para llevárselo hasta su cintura a base de naturales; el torero al que todos sus coetáneos veneraban por bailar cada tarde sin escrúpulos con la muerte. Humilde hasta la médula, creador de arte que repartía por todo tipos de plazas sin hacer distinción de categorías, honrado, humano. Pero aquel 28 de agosto, en una plaza sin historia, el Destino lo batió en duelo,  cambiaron los lotes del sorteo momentos previos a la corrida, los augurios predecían el fatídico desenlace, el Destino deshumanizó a Manolete para convertirlo en mito.

viernes, 26 de agosto de 2016

¿A qué saben las lágrimas de Alberto López Simón?

A dolor, impotencia, injusticia, presión, agotamiento, miedo...Siempre se dice la frase "los toreros están hechos de otra pasta", pues no, esa frase no es real, los toreros no son más que seres humanos, seres humanos que llegan a pasar en dos horas más miedo que cualquier persona en veinte años.
En las últimas semanas, López Simón ha tenido una corrida prácticamente a diario, sin lugar a dudas es evidente el agotamiento físico de este muchacho, ¿y el psicológico? ¿alguien lo ha pensado? El exponer cada tarde su cuerpo, su vida y su alma...eso tiene un alto precio. Un torero no solo le tiene miedo al de las patas negras, el torero, que no es más que un hombre se expone ante un animal que puede acabar con su vida y ante la presión de cumplir las expectativas de los miles de aficionados que lo esperan en los tendidos. Los toreros no solo le tienen miedo a las cornadas, también a los fracasos. ¿Ha sido justa la presión mediática a la que se le ha sometido en 24 horas? ¿Es su responsabilidad la confección de los carteles?  Qué fácil es ver los toros desde la barrera...

jueves, 25 de agosto de 2016

Y hubo un día en que Joselito "El Gallo" volvió a vestir celeste y negro...

Una calusora tarde de agosto del verano de 1915; Almagro, una pequeña localidad de Castilla la Mancha acogía al "Rey de los toreros". Cientos de personas como fieles peregrinos acudieron al pueblo cercano a Ciudad Real, donde el pequeño de "Los Gallos" se encerraba con seis utreranos para él solo, seis bravos astados de la ganadería de Murube, animales entre los prototipos más grandes de la raza de lidia, seis mulatos y zaínos, voluminosos y de morrillos desarrollados, de extremidades fuertes y potentes, esperaban para ser lidiados aquella tarde de verano por Joselito "El Gallo".
Vestía para tan comprometido festejo un terno celeste y negro, al igual que había llevado dos días antes en San Sebastián donde anteriormente también se había encerrado con otros seis toros. Pues el pequeño de los "Gallos" guardaba en el armario un trajecito celeste con alamares negros que solo sacaba en contadas ocasiones, para aquellas comprometidas tardes que la ganadería o el paseíllo en solitario lo exigía. El terno a la antigua usanza, celeste con alamares de seda negro que estrenó un año antes en una "miurada" en el coso del Baratillo, en un mano a mano con Belmonte. ¿Cómo no lo iba a usar en esta tarde del verano del 1915?...Que acabó convirtiéndose en la "Semana Grande" de la historia del legendario Joselito.
El preámbulo a aquella gran tarde fue el recibimiento por verónicas que le dio al primero, que si bien fue lanceado en varas, hasta ovacionados fueron los banderilleros, y para rematar la espectacular faena de muleta, culminó con un soberbio volapié, dos trofeos y solamente había lidiado al primero.
En el segundo se ganó a todos los tendidos, con una faena con tres naturales, cinco más de rodillas y tres molinetes y una estocada hasta la empuñadura, de la que rodó el astado. Había terminado con el segundo y ya llevaba cuatro trofeos "El Rey de los toreros".
Tres caballos mató el tercer bravo ejemplar de la tarde, al que Joselito entendió bien con la zurda y con pases de todas clases, para matarlo con una soberbia estocada, otros dos trofeos en el ecuador de la tarde que ya sumaban seis. Al cuarto hasta banderilleó como hizo también con el quinto después de un sublime recital. Algo más le costó matar ya al último de la tarde, pero contando con un total de ¡nueve trofeos! El público extasiado le dieron su merecimiento de rey y una gran multitud acompañada de varias charangas llevaron a hombres al chico de los "Gallos" hasta la misma fonda donde se hospedaba "El Rey de los Toreros" vistiendo su trajecito celeste con alamares negros.


martes, 23 de agosto de 2016

Una oreja para un picador!!! Inédito tercio de varas!!!

 Tal día como hoy, un 23 de agosto de 1886, se daba una de las cuatro corridas establecidas para la Semana Grande de Bilbao, con un cartel encabezado por Salvador Sánchez "Frascuelo", José Campos "Cara-Ancha" y Luis Mazzantini con toros del Duque de Veragua, de aleas, del Marqués de Saltillo y de Don Joaquín Pérez de la Concha.
Las lluvias vizcaínas habían deteriorado mucho el piso, pero se vieron obligados a continuar con el festejo; pero tal inconveniente no impidió que la lidia de aquella tarde fuera un total espectáculo.  Frascuelo y Mazzantini obtuvieron un trofeo cada uno del cuarto y sexto toro respectivamente.
Una lesión de uno de los picadores de Mazzantini, hizo que lo sustituyese un picador de la cuadrilla de Salvador Sánchez, "Agujetas", de nombre Manuel Martínez Riesgo. Este picador salió a picar al tercer toro de la tarde, nada que ver con la protección que llevan hoy en día, el caballo sin peto ni calzona y el picador sin mona.
Con temple, despacio y con gran decisión fue el "Agujetas" moviendo el caballo provocando la acometido del toro, un bravo ejemplar del Duque de Veragua, que llegó a recibir hasta quince puyazos sin disminuir en absoluto su indiscutible bravura. La manera de llevar a cabo el tercio el "Agujetas", y la belleza del lance de varas del astado y el picador, provocaron  una unísona emoción de todos los presentes allí aquella tarde de agosto, desde los tendidos comenzaron a caer prendas de ropa junto a una gran ovación a Manuel Martínez Sánchez, por lo que la presidencia le otorgó un trofeo por la excelentísima ejecución del tercio de varas al varilarguero. Por lo que el "Agujetas" dio una triunfal vuelta al ruedo luciendo su inesperado trofeo. Esta faena del picador madrileño quedó para la historia de la tauromaquia.

viernes, 19 de agosto de 2016

El primer tercio: La suerte de varas.


Con un pañuelo blanco y el correspondiente toque de clarines, da el presidente paso a los picadores. El picador que va a picar se coloca enfrente de chiqueros al otro lado del ruedo sin sobrepasar en ningún mometo las dos líneas blancas que hay señaladas en el ruedo, a excepción de la Real Maestranza de Sevilla donde son rojas y pintadas a pulso; mientras que el otro se queda en la misma puerta de chiqueros, por si el toro mansea y por querencia decide volver por donde ha entrado. 
Son tres los objetivos principales del tercio de varas, si se ejecuta bien:
1. Descubrir las condiciones del animal dependiendo la forma de embestir al caballo, si es bravo o manso, atento o distraído etc. Este tercio también le es muy útil al ganadero para determinar ciertas correcciones genéticas.
2. Ahormar al astado, restarle un poco de bravura, mediante puyazos breves y concisos, para conseguir que el toro embista sin levantar la cabeza.
3. Si las condiciones son las adecuadas es un momento para poder disfrutar de la belleza del espectáculo; si el toro se arranca con alegría galopando hacia el caballo y recarga retorciendo la cola, estamos ante un toro de inconfundible genio y bravura y más si repite sin acobardarse . Por lo que el torero tiene la obligación de saber lucir a semejante ejemplar.
También puede pasar, y pasa bastante en la actualidad, que el picador no pique justo en el morrillo del animal, sino mucho más atrás, consiguiendo hacerle daño en la columna del toro y hasta en algunos órganos, a parte de un desangrado exagerado, por lo tanto el toro llega a los otros tercios casi moribundo, sin bravura ni fuerzas para buenas embestidas. Esto ocurre también cuando el picador abusa de la puya. La puya es el instrumento que utiliza para picar al toro, es una vara de madera que remata con una puya de acero en forma de pirámide, de unos 29 milímetros de largo, después le sigue un tope recubierto de madera de 50 milímetros para terminar en una cruceta. El buen picador solo debe dar dos breves puyazos y solo con la punta piramidal de la puya, si abusa y llega hasta la cruceta, por lo general el toro perderá toda su calidad, su bravura y se debilitará en exceso, por lo tanto estaremos ante una deslucida lidia.