lunes, 17 de octubre de 2016

Los toros no los impone el público sino los toreros...cien años después seguimos igual.

Tal día como hoy, un 17 de octubre de 1915, se anunciaba en Madrid una corrida donde se iban a lidiar seis toros de la ganadería de los Herederos de don Vicente Martínez para los grandes diestros y figuras de aquellos años: Vicente Pastor y Juan Belmonte. Pero al igual que en todos los tiempos, las figuras siempre han estado rodeadas de grandes polémicas, no iba a ser menos Juan Belmonte.
Los veterinarios desecharon tres de las reses para el festejo, la empresa las sustituyó por tres reses del Duque de Veragua. Pero a los toreros no les pareció bien esta decisión, por lo que ambos exigieron que los toros que sustituyeran a los desechados fueran de la ganadería del marqués de Saltillo. La empresa no pudo cumplir las exigencias de los diestros, por lo que Belmonte ante tal negativa se negó rotundamente a torear aquella tarde, Vicente Pastor no tardó en unirse a la decisión tomada por su compañero.
La Unión de Criadores de Toros de Lidia, vetó a ambos espadas por esta actitud. Al día siguiente en el diario ABC aparecía un artículo donde el Duque de Veragua explicaba lo ocurrido y justificaba el veto, palabras de hace más de un siglo y guardan bastante similitud con las que hoy en día se escuchan en los tendidos:
"...Criarlos grandes y gordos, para tener el gusto de enseñárselos a los amigos antes de destinarlos al matadero, es capricho que no todos nos podemos permitir.
La lidia de toros sin respeto ( que nosotros, más que nadie, estimamos un mal, como todo lo que contribuya a la degeneración de la fiesta ), seguirá mientras el público tolere que se le imponga; si lo consiente, el toro grande, con arroba y pitones, desaparecerá como el artículo que en el mercado no tiene salida y los ganaderos que luchan contra la corriente se cansarán de dispendios, que tienen por compensación un perjuicio evidente de sus intereses. "

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