
A principios de los años ochenta, en plena transición surge una gran figura del toreo, pero mujer. Una mujer derrochando talento, arte e inspiración en los ruedos. Con solo 1´53 de altura y 43 kg de peso, logró meterse a muchos aficionados en el bolsillo.
Hoy en día hay ya un gran avance por la igualdad entre hombre y mujeres, pero en la década de los ochenta, Maribel no lo tuvo fácil. Duro es el mundo del toro, pero esta mujer no solo recorrió el difícil camino como cualquier aspirante que quiere llegar a ser matador de toros, Maribel era mujer, así que ese camino estaba repleto de obstáculos machistas y vetos que le perjudicaron en su carrera.
No obstante, tenaz y luchadora, llegó a debutar en las Ventas en el año 1977, los tendidos estaban encantados con ella y tras varias peticiones insistentes por el público para que le concediesen trofeos, el presidente le negó injustamente las orejas, pero el público la obligó a dar, nada más y nada menos, que tres vueltas al ruedo.
Sería en la Real Maestranza de Sevilla, donde un justo presidente premió su valor y arte en el ruedo con tres trofeos, convirtiéndose así en la primera mujer novillera que abría la Puerta del Príncipe. Lamentablemente su mérito siguió sin reconocerse, y tras injustos vetos machistas, Maribel tuvo que ir a México para cumplir su sueño de matador de toros.
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