
Tal día como hoy, un 30 de agosto de 1985, José Cubero "Yiyo" toreaba en la plaza de Colmenar Viejo, él no estaba en el cartel, pero parecía tenerlo malditamente predestinado, y a primera hora de la mañana del mismo día 30, le avisaban de que sustituiría a Curro Romero porque de una forma imprevista había caído del cartel, el duro lance que el destino le tenía reservado a un joven muchacho de solo veinte años. Hacía prácticamente menos de un año, cuando compartió cartel en la plaza de Pozoblanco con Paquirri, fue el Yiyo el que estoqueó a "Avispado", el toro que hirió de muerte a Paquirri. Un fuerte trance al que este torero tuvo que hacer frente, era joven, fuerte y valiente, le había perdido el miedo a la muerte, tenía la pesadilla de que un toro le arrancaría el corazón.... y en la vida, a toda pasión desmedida, le acaban rompiendo el corazón.

El Yiyo era un joven torero pero ya de gran proyección, ante tal presura de los acontecimientos, se probó por la mañana en la sastrería el traje que estrenaba aquella misma tarde, el traje de su mortaja. Yiyo salió decidido a triunfar aquella tarde, aquella sustitución (maldita), era para él una oportunidad de oro para poder encontrar más contratos por las ferias. "Burlero" fue el último astado de la tarde, una espectacular faena realizada, a falta de la estocada; se metió a matar con ímpetu después de un pinchazo, pero aquella tarde, en la arena, la Muerte estaba sedienta y no le bastó solamente "Burlero" que también se lo llevó a él. El toro moribundo por la mortal estocada, le metió el pitón por la axila, levantándolo y dejándolo de pie, solo dos pasos y cayó a la arena con el corazón partido por la mitad. Todos corrían con el joven cuerpo por el callejón, pero desde los tendidos ya se vio la manifestación de la muerte en aquella juvenil faz.
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