
Con un pañuelo blanco y el correspondiente toque de clarines, da el presidente paso a los picadores. El picador que va a picar se coloca enfrente de chiqueros al otro lado del ruedo sin sobrepasar en ningún mometo las dos líneas blancas que hay señaladas en el ruedo, a excepción de la Real Maestranza de Sevilla donde son rojas y pintadas a pulso; mientras que el otro se queda en la misma puerta de chiqueros, por si el toro mansea y por querencia decide volver por donde ha entrado.
Son tres los objetivos principales del tercio de varas, si se ejecuta bien:
1. Descubrir las condiciones del animal dependiendo la forma de embestir al caballo, si es bravo o manso, atento o distraído etc. Este tercio también le es muy útil al ganadero para determinar ciertas correcciones genéticas.
2. Ahormar al astado, restarle un poco de bravura, mediante puyazos breves y concisos, para conseguir que el toro embista sin levantar la cabeza.
3. Si las condiciones son las adecuadas es un momento para poder disfrutar de la belleza del espectáculo; si el toro se arranca con alegría galopando hacia el caballo y recarga retorciendo la cola, estamos ante un toro de inconfundible genio y bravura y más si repite sin acobardarse . Por lo que el torero tiene la obligación de saber lucir a semejante ejemplar.

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