jueves, 29 de septiembre de 2016

Diego Puerta, el torero del valor.

Tal día como hoy, un 29 de septiembre de 1958, se llenaba la Maestranza de Sevilla el día de San Miguel, día en el que tomaba la alternativa un joven hispalense llamado Diego Puerta.
La ganadería escogida para la ocasión estaba formada por cuatro astados de don Ricardo Arellano y Gamero-Cívico y dos más de Escudero. El cartel lo encabezaba Luis Miguel Dominguín como padrino del joven Diego y como tercer espada Gregorio Sánchez.
La afición sevillana abarrotaban los tendidos del Coso del Baratillo aquella tarde de la Feria de San Miguel por el atractivo cartel y por la expectación que había levantado aquel joven novillero sevillano del barrio de San Bernardo. Diego Puerta era un muchacho muy conocido en Sevillla, hijo de un empleado del matadero, que aunque no le había acompañado la suerte en su presentación como novillero, un año antes en la Maestranza, si cosechó a lo largo de todo el año un éxito rotundo por todas las plazas de España, después de haberse quedado solo con cuatro novillos y cortando un rabo en Barcelona.
Pero obedeciendo al argot taurino " corridas de gran expectación, mayor decepción", se le resistió la Puerta del Príncipe al estrenado torero, no sin ello haber puesto su mayor voluntad en todas sus faenas a unos toros deslucidos y como sigue pasando hoy en día, no embestían.
No volvió Diego Puerta a pisar el albero de la Maestranza hasta 1960, en una corrida con la ganadería de don Eduado Miura, donde demostró íntegramente su arrojado valor y cambió por completo el sino de su carrera.

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