lunes, 24 de octubre de 2016

La Tauromaquia y la solidaridad.

Un día como hoy pero del año 1856, se celebraba en Madrid la primera corrida benéfica, corrida de toros denominada como "Corrida de Beneficencia". Desinteresadamente se ofrecieron figuras del toreo para donar sus honorarios del festejo como numerosos ganaderos que regalaban orgullosamente reses de sus ganaderías; el beneficio obtenido se donó al completo al Hospital de Beneficencia de la ciudad. Hasta el Papa llegó a autorizar "un espectáculo profano" (pues así era considerado por la Iglesia hace dos siglos), pues era innegociable la actitud solidaria de los toreros, destinando sus honorarios a los más necesitados, los enfermos, aunque también para ayudar al avance de la medicina, mejorando así la labor de médicos y cirujanos, ángeles de la guarda de los toreros.
Aunque se considere esta fecha como la oficial de la corrida de Beneficencia, hay constancia de que en el año 1749, los enfermos de la Villa de Madrid ya recibieron los ingresos líquidos de una lidia de toros organizada por Fernando VI.
En el cartel de aquella tarde iban presentados las figura de aquella época: José Redondo "El Chiclanero", Julián Casas "Salamanquino" y Cayetano Sanz, con toros de las ganaderías de Osuna-Veragua, Aleas y Elías Gómez.
Hoy por hoy aún se mantienen las viejas tradiciones de las corridas benéficas y sobre todo, hoy por hoy en el mundo de la Tauromaquia sigue existiendo la solidaridad.




jueves, 20 de octubre de 2016

Posiblemente el nacimiento del germen "animalista-antitaurino" actual...una paradoja...

Tal día como hoy, un 20 de octubre de 1940, se daba una corrida en la plaza de Las Ventas de Madrid, nunca hay dos corridas de toros iguales, pero sin lugar a dudas la de aquella tarde otoñal de octubre marcó desgraciadamente la historia del mundo del toro.
El coso madrileño parecía aquella tarde más un desfile militar que una agradable velada taurina, ni tan siquiera se respiraba en los aledaños lo típico de cualquier tarde de toros, hasta los típicos dibujos taurinos de los carteles habían sido sustituidos por escudos de la Falange y el temible Partido Nazi.
Visitaba nuestro país, por asuntos políticos el Comandante Heinrich Himmler, y el Jefe de Estado español, quiso agasajar a su visita de la mejor manera posible, organizando una corrida de toros; pero está claro que no todas las personas están dotadas de sensibilidad para el arte...
Confirmaba aquella tarde su alternativa el diestro sevillano Pepe Luis Vázquez "El Sócrates de San Bernardo", su padrino Marcial Lalanda y como testigo Rafael Ortega "Gallito". 
Pepe Luis, entregado al máximo, bordó el toreo, realizándole al toro de su confirmación una de sus mejores faenas. 
Debido a una intensa lluvia, así lo querría Dios,  suspendieron la corrida, lidiando cada diestro un solo toro de sus lotes. Se dirigieron los toreros tras la  suspensión, obligados por protocolo, a saludar al dirigente alemán, el cual completamente enfurecido dijo que había llegado hasta vomitar por no poder soportar tal martirio y sufrimiento del animal; pues sí, ese señor que ordenaba diariamente la muerte de miles de niños, mujeres y hombres, bien gaseados o a base de crueles torturas se había sentido indispuesto...una paradoja que llega a rozar la absurdez del idiotismo...
Y fue a partir de este mismo día, cuando la hipocresía de la política nazi por la protección y derechos de los animales (de los humanos no, evidentemente), comenzaron a juzgar negativamente a la Tauromaquia. 

miércoles, 19 de octubre de 2016

Tres diestros sevillanos de renombre despiden a "Bombita" de los ruedos.

Tal día como hoy, un 19 de octubre de 1913, se engalanaba la plaza de toros de Madrid con setenta y un mantones de Manila y catorce tapices colgando de sus balconcillos, pues se anunciaba para aquella tarde un cartel espectacular, donde brillaba el arte sevillano: Rafael "El Gallo", Juan Belmonte "El Pasmo de Triana" y José Ortega "Joselito"se reunían para despedir de los ruedos a su gran paisano y referente Ricardo Torres "Bombita". Lamentablemente cayó a última hora Belmonte del cartel por encontrarse resentido de una lesión en su mano que sufrió días antes en su alternativa, "El Pasmo de Triana" fue sustituido por "Regaterín".
El fin de la carrera taurina de "Bombita" provocó un gran interés en los aficionados de todos los puntos de la geografía española, por lo que aquella tarde, en aquella bella plaza engalanada para la ocasión se llenaban al completo sus tendidos por la gran expectación que había levantado aquella deseada corrida. Tampoco faltaron a aquel evento la reina Victoria y las infantas que ocupaba ansiosas el palco real.
Ni el gran "Joselito", ni su hermano Rafael, ni "Regaterín" que hicieron faenas que rompieron esquemas aquella tarde, lograron hacerle sombra  a Ricardo Torres, que se entregó como si del día de su alternativa se tratara. No cesó ni un solo momento en toda la tarde ovaciones y aplausos para éste gran diestro sevillano, el público no solo admiraban a "Bombita" en el ruedo, también a la persona de que había dentro del traje de luces, Ricardo, reconocido por su solidaridad y calidad humana, que había fundado y presidido durante mucho años un sanatorio, el cual había dirigido con la pasión y entrega que daba con los ruedos.

lunes, 17 de octubre de 2016

Los toros no los impone el público sino los toreros...cien años después seguimos igual.

Tal día como hoy, un 17 de octubre de 1915, se anunciaba en Madrid una corrida donde se iban a lidiar seis toros de la ganadería de los Herederos de don Vicente Martínez para los grandes diestros y figuras de aquellos años: Vicente Pastor y Juan Belmonte. Pero al igual que en todos los tiempos, las figuras siempre han estado rodeadas de grandes polémicas, no iba a ser menos Juan Belmonte.
Los veterinarios desecharon tres de las reses para el festejo, la empresa las sustituyó por tres reses del Duque de Veragua. Pero a los toreros no les pareció bien esta decisión, por lo que ambos exigieron que los toros que sustituyeran a los desechados fueran de la ganadería del marqués de Saltillo. La empresa no pudo cumplir las exigencias de los diestros, por lo que Belmonte ante tal negativa se negó rotundamente a torear aquella tarde, Vicente Pastor no tardó en unirse a la decisión tomada por su compañero.
La Unión de Criadores de Toros de Lidia, vetó a ambos espadas por esta actitud. Al día siguiente en el diario ABC aparecía un artículo donde el Duque de Veragua explicaba lo ocurrido y justificaba el veto, palabras de hace más de un siglo y guardan bastante similitud con las que hoy en día se escuchan en los tendidos:
"...Criarlos grandes y gordos, para tener el gusto de enseñárselos a los amigos antes de destinarlos al matadero, es capricho que no todos nos podemos permitir.
La lidia de toros sin respeto ( que nosotros, más que nadie, estimamos un mal, como todo lo que contribuya a la degeneración de la fiesta ), seguirá mientras el público tolere que se le imponga; si lo consiente, el toro grande, con arroba y pitones, desaparecerá como el artículo que en el mercado no tiene salida y los ganaderos que luchan contra la corriente se cansarán de dispendios, que tienen por compensación un perjuicio evidente de sus intereses. "

miércoles, 5 de octubre de 2016

"Murciélago", pilar de la genética de Miura.

Tal día como hoy, un 5 de octubre de 1879, se daba una corrida en el Coso de los Califas, donde toreaban Rafael Molina "Lagartijo" y su hermano Manuel, con hierros
del zaragozano don Joaquín de Val, comprada al tudelano Pérez de Laborda, de procedencia de casta navarra.
El tercer toro de la tarde era un cinqueño llamado "Murciélago", llegó a tomar hasta veinticuatro varas, demostrando una bravura sin igual. Ante tal gesta del animal, la mayor parte de los tendidos comenzaron a pedir el indulto de aquel bravo animal, un astado colorado, con ojo de perdiz y cornalón. Se formó en la plaza de Córdoba un gran enfrentamiento entre el público, unos pedían fervientemente el indulto, mientras que la otra parte no estaba a favor de salvar a la res.
El "Lagartijo", supo aprovechar bien aquella disputa entre los aficionados y la difícil decisión por tomar del presidente, ya que la espada nunca fue su fuerte, alargó todo lo que pudo el tercio de banderillas, por si sedaba el indulto, librarse de tener que entrar a matar. Y así fue, la presidencia otorgó el indulto a aquella res, sobre todo para calmar el revuelo que se estaba formando en la plaza, aunque no lo consiguió porque la discusión de si indulto sí o si indulto no, duró para largo.
Se encontraba entre el público aquella tarde el joven ganadero Antonio Miura, Antonio estaba al cargo  nueva ganadería Miura, contaba ya con unas setecientas cabezas, los machos que habían nacido ya en Zahariche eran hijos de sementales de Albareda (cabrereños) y sementales de Arias de Saavedra (vistahermoseños), dos castas de origen andaluz que comenzaban a dar muy buen fruto. Antonio Miura, el que influenció totalmente a su padre Juan  Miura para formar la ganadería, se quedó prendado de la bravura mostrada por la res en el tercio de varas. No queda claro en la historia, si Antonio Miura le compró el toro a don Joaquín Val o fue un regalo que le hizo el "Lagartijo" al que le obsequiaron el toro indultado, pues a Rafael y a Antonio los unía una buena amistad. Aunque conociendo la rectitud en los negocios de la familia Miura, lo más probable es la primera versión.
Pero lo que sí está claro, que esa capa colorada, esos ojos de perdiz, esa gran cornamenta... esos matices característicos a día de hoy, vienen de aquel toro de casta navarra, "Murciélago".