
Tal día como hoy, un 16 de noviembre de 1924, se celebraba en Melilla una corrida de toros en beneficio del Tercio de la Legión. En el cartel se presentaron el rejoneador Antonio Cañero, y un mano a mano entre los toreros sevillanos Ignacio Sánchez Mejías y Manuel García "Maera", con toros cedidos por las ganaderías de Cobaleda, Duque de Tovar, Pérez Tabernero, Hernández, Moreno Santamaría y Rufino Santamaría.
El festejo taurino de aquella tarde se convirtió en todo un acto militar, pues se rindió homenaje a todos los legionarios heridos en servicio que fueron trasladados, para la ocasión, en camiones desde distintos hospitales a la plaza de toros, por lo que en los tendidos había más de doscientos militares para presenciar la corrida. Antes de que diera comienzo el paseíllo, avionetas militares sobrevolaron por la plaza haciendo todo tipo de piruetas y el coso que había sido decorado para el espectáculo con tapices bordados con el símbolo de la Legión en todos sus balconcillos estaba de un lleno absoluto.
El rejoneador mató los dos primeros astados siendo ovacionado por el coso melillense. Igancio Sánchez Mejías cortó la oreja al segundo de su lote, al que tumbó de una estocada contraria.
El protagonista de la tarde fue sin lugar a dudas Manuel García "Maera", no por su labor en la faena, porque prácticamente se igualó el duelo obteniendo el mismo trofeo que su rival Sánchez Mejías, sino por el vínculo que existía entre el diestro y el cuerpo militar, tampoco nadie se podía imaginar que aquel toro al que le cortó una oreja en este acto benéfico para la Legión sería el último de su vida.
"Maera" estaba gravemente enfermo de tuberculosis, otras fuentes dicen que de gripe, cuando le pidieron que acudiera a esta corrida benéfica para recoger fondos para la Legión, los médicos le impidieron que fuese, pues su enfermedad estaba en un estado tan avanzado que su vida podía correr peligro si se exponía a tal esfuerzo físico. Pero este valiente sevillano no podía faltar a tal evento; desde el día de su alternativa, tres años antes en el Puerto de Santa María se sentía endeudado con la institución, porque a raíz del desastre de Annual, fueron aquella tarde los legionarios los que se saltaron al ruedo para sacarlo triunfalmente a hombros. Aunque posiblemente aquella tarde en el Puerto, no solo recibió la alternativa de manos del "Divino Calvo", según los enigmas del Destino también recibió su maldición, pues a los cuatro jóvenes toreros a los que Rafael "El Gallo" dio la alternativa el día de su debut, los cuatro perdieron la vida en plena juventud.
Y aquella tarde del 16 de noviembre, sin hacer caso a los consejos médicos, con una heroica imprudencia y con las pocas fuerzas que le quedaban a su cuerpo enfermo, Manuel García "Maera", se presentó en el coso melillense como el novio de la muerte, para cumplir su labor sin a nada tenerle temor.
Un mes después la muerte le abrió la Puerta Grande del Reino de los toreros. La Legión le agradeció a título póstumo aquella gran gesta, no en el campo de batalla sino en el ruedo, y le concedió la Medalla Militar.